QUITO, Ecuador.- El jefe de la policía, renuncia por no poder controlar la situación. El comandante general de la Policía de Ecuador, Freddy Martínez, renunció hoy a su cargo, después de que el jefe de Estado, Rafael Correa, fuese rescatado tras permanecer secuestrado casi un día entero por policías de tropa sublevados.
Martínez dijo en una rueda de prensa que sospecha que en las protestas de los policías hubo infiltrados externos.
Luego de un tiroteo que duro más de media hora y protegido por una larga fila de efectivos pertrechados con escudos, cascos y armas de fuego, el dirigente salió en silla de ruedas de la clínica, pues acababa de ser operado en una pierna, hacia una caravana de vehículos que lo trasladó directamente al palacio presidencial.
Inmediatamente se trasladaron al balcón, donde le era esperado por algunos ministros, para dirigirse a los centenares de sus partidarios que se habían congregado frente al edificio y agradecer a los líderes internacionales -entre ellos el presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero- el apoyo mostrado.
De acuerdo a versiones hubo gente de Lucio Gutiérrez", dijo el mandatario, en referencia a quien fue presidente ecuatoriano de enero de 2003 a abril de 2005. Correa anunció "una profunda depuración de la Policía Nacional" y afirmó que "no habrá perdón ni olvido" para lo que definió como "un intento de golpe de Estado".