Agencias
Tokio
Ayer se produjo una explosión en el reactor número 2 de la central nuclear de Fukushima, noreste de Japón, la tercera que se origina en las mismas instalaciones después del terremoto del viernes.
Temen que al parecer la deflagración haya afectado a parte del sistema de control de presión del reactor y que pueda haber provocado la fuga de una cantidad indeterminada de material radiactivo, informó la Agencia de Seguridad Nuclear.
Mientras que la empresa operadora de la central nuclear de Fukushima (noreste de Japón) reconoció ayer que teme una fuga radiactiva por una posible fusión del núcleo del reactor número 2, que esta mañana sufrió una explosión.
Tokyo Electric Power (TEPCO) admitió que puede haberse emitido radiación después de quedar dañada la estructura que envuelve al reactor número 2 mientras los niveles de radiactividad en la zona marcaron los 8,217 microsievert por hora, frente a los 500 permitidos.
En la provincia de Ibaraki, al sur de Fukushima, también se detectó un aumento de la ionización del aire.
Según la fuente, el receptáculo de seguridad que protege al núcleo pudo haber resultado dañado por la caída de la presión en su interior a raíz de la combustión de hidrógeno.
El estallido ocurrió a primera hora de la mañana, las 6:10 hora local (21:10 GMT del lunes), poco después de que el Gobierno admitiera que el reactor continuaba inestable y, según la agencia Kyodo, ha comenzado la evacuación de los empleados de la central.
Los operarios de la planta estuvieron toda la noche trabajando para inyectar agua salada en el contenedor secundario del reactor en un intento de enfriar el núcleo y evitar una fusión radiactiva.
Los trabajadores de esta central de 40 años pretendían mantener intactos los recipientes primarios de contención de los reactores (las “capas” que los protegen) y evitar una peligrosa fuga de radiactividad en la zona, en la que se han evacuado a más de 200,000 personas.
Si el núcleo comenzara a fundirse, provocaría una situación de emergencia por emisión de radiaciones.
El reactor número 2 de Fukushima sufrió ayer lunes un fallo en una de sus diez válvulas que afectó al sistema de refrigeración, algo similar a lo ocurrido antes de que explotaran los reactores 1 y 3 de la misma central después del seísmo de 9 grados de magnitud en la escala Richter del viernes.
Cantidad de muertes
Las autoridades japoneses aumentaron ayer a 2,414 los fallecidos y a 3,118 los desaparecidos por el terremoto y posterior tsunami del viernes en el noreste del país. Sin embargo, se cree que la cifra final de víctimas puede ser mucho mayor, puesto que algunos municipios afectados han facilitado datos de hasta varios miles de desaparecidos o fallecidos.
Todavía se no ha localizado desde el viernes a 9.500 habitantes residentes de Minamisanriku, la mitad de la población del pueblo de la provincia de Miyagi barrido por el tsunami, aunque tampoco se descarta que se hayan refugiado en localidades cercanas. En la costa de esa misma provincia se han hallado unos 2,000 cadáveres, y otros 200 ó 300 cuerpos fueron localizados en su capital, Sendai, según la agencia Kyodo.
También se conoce el paradero de 8,000 residentes del pueblo costero de Otsuchi, en la provincia de Iwate.
EL REACTOR NÚMERO 4, EL ÚLTIMO PROBLEMA
El nivel de las radiaciones ha “aumentado en forma considerable” en la central nuclear de Fukushima 1, en donde ha estallado un incendio en el reactor 4, declaró hoy martes el primer ministro japonés, Naoto Kan.
“Un incendio ha estallado en el reactor 4 y el nivel de radiación ha aumentado en forma considerable”, declaró el jefe del gobierno en una intervención televisada. Kan llamó a las personas que se hallan en un radio de 30 km en torno a la central de Fukushima 1, dañada por el sismo del viernes, que se encierren y protejan en donde estén.
“Quisiera pedir a las personas que se hallan en un radio de 20 a 30 kms. que se queden en sus casas o en sus trabajos”, precisó Kan. De su lado, el portavoz del gobierno japonés declaró hoy que el nivel de radiactividad medido en el sitio de la central de Fukushima es peligroso para la salud.
El portavoz, Yukio Edano, explicó que el hidrógeno que ha escapado a la atmósfera estaba cargado de sustancias radioactivas. Pero “es necesario recordar que el combustible nuclear mismo no es lo que está ardiendo”, declaró Edano. “Vamos a hacer lo mejor que podamos..”
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