Por Àndres F. Lora
Sobre la inconcebible pretensión de construir una base naval en el Parque Nacional del Este, concretamente en el sitio de Catuano en la isla Saona, quisiera realizar las siguientes reflexiones:
1 – Militarizar un área protegida, concretamente uno de los parques nacionales más importantes del Caribe es inaceptable.
2 – Destruir un enclave natural como la Punta Catuano y todo su entorno insular protegido edificando instalaciones militares no se debería ni si quiera plantear.
3 – Alterar con tráfico de navíos de guerra, desechos tóxicos, aceites, combustibles y todo lo que rodea las bases navales en cualquier lugar, el canal de Catuano, una bahía arrecifal protegida por la convención Ramsar, viola los convenios internacionales asumidos por nuestro país.
4 – Convertir el lugar de disfrute de más de 400.000 turistas que recalan anualmente en la isla Saona en el vecindario de una base naval militar del Comando Sur de los Estados Unidos, es un golpe extremadamente negativo para el desarrollo del turismo dominicano.
5 – Usurpar las atribuciones del Ministerio de Medio Ambiente y entregarle la potestad del manejo de un área protegida dominicana a la Marina de los Estados Unidos es, simplemente un adefesio moral y legal.
El Parque Nacional del Este es uno de nuestros más potentes acorazados de la naturaleza dominicana, ¿vamos a entregarlo, desmantelarlo y hundirlo?.
La experiencia de nuestros vecinos puertorriqueños con la utilización militar de la isla de Vieques es bien conocida: un espacio natural virgen convertido en un campo de tiro. El precio que pagaron sus pobladores también lo es: cáncer, enfermedades y miseria.
¿Podemos aceptar que la isla Saona se convierta en el Vieques dominicano?.
La Coalición Para la Defensa de las Areas Protegidas debe reactivarse. Tenemos que salvar de nuevo una de nuestras más emblemáticas áreas protegidas: el Parque Nacional del Este.
Adolfo López
Comisión Ambiental de la Academia de Ciencias.
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