Por: Jose Garcia
A lo largo del siglo XX, millones de mujeres se
abrieron espacios, creando oportunidades y hasta han llegado a participar en
los más diversos ámbitos de la sociedad, la cultura y la política.
Mujeres de distintos países han dado vida a la cultura feminista al denunciar la opresión de género y crear una conciencia crítica sobre la condición de las mujeres, así como normas y prácticas sociales modernas y democráticas.
No solo han Nombrado y definido la discriminación, la marginación, la explotación y la enajenación genéricas, han sabido enfrentarse a la falsa creencia sobre la inevitabilidad de la violencia, donde han llegado a sacar del encierro y el silencio, del tabú la complicidad.
Mujeres de distintos países han dado vida a la cultura feminista al denunciar la opresión de género y crear una conciencia crítica sobre la condición de las mujeres, así como normas y prácticas sociales modernas y democráticas.
No solo han Nombrado y definido la discriminación, la marginación, la explotación y la enajenación genéricas, han sabido enfrentarse a la falsa creencia sobre la inevitabilidad de la violencia, donde han llegado a sacar del encierro y el silencio, del tabú la complicidad.
La violencia de género es un mecanismo político cuyo fin es mantener a las mujeres en desventaja y desigualdad en el mundo y en las relaciones con los hombres, permite excluir a las mujeres del acceso a bienes, recursos y oportunidades; contribuye a desvalorizar, denigrar y amedrentar a las mujeres y reproduce el dominio patriarcal. La violencia de género contra las mujeres y entre los hombres recrea la supremacía de género de los hombres sobre las mujeres y les da poderes extraordinarios en la sociedad.
Desde una perspectiva feminista colocamos la violencia de género como un problema político en el mundo. A través de investigaciones científicas, diferenciamos las formas de violencia, erradicamos conceptos misóginos no científicos como el de crimen pasional y definimos jurídicamente la violencia sexual, la violación, el estupro, el incesto, el acoso, la violencia conyugal y familiar, la callejera, y otras formas de violencia de género: laboral, patrimonial, psicológica, intelectual, simbólica, lingüística, económica, jurídica y política.
En la Republica Dominicana, la mayoría de las
mujeres viven alguna forma de violencia de género y muchas mujeres viven
además, en su día a día, la violencia de clase, racista, religiosa, judicial y
política. Cuando mencionamos la parte judicial, estamos directamente
responsabilizando la parte jurídica, como responsable de estos hechos, por
razones especificas donde podemos mencionar el caso donde ellos han
desarrollado una campaña equivocada donde se le pide a la mujer protegerse,
cuidadarse y para colmo que esté alerta de sus perseguidores.
Esta campaña debería estar dirigida hacia los
hombres dominicanos, que muchos de ellos se han faltado el respeto a ellos
mismos y por cuyos motivos, tampoco respetan a nadie y muchos menos la
institucionalidad individual de cada persona. Nos preguntamos, como se le pide
eso a una persona que carece precisamente de las fuerzas para hacerlo, porque
no se le da una cobertura donde ellas se sientan protegidas en vez de sentirse
desamparadas por parte de la justicia que sería en este caso la mayor
responsable de proteger no solo a la mujer, pero también a la sociedad en
general??
Mujeres y hombres conscientes deberían impulsar
acciones (claro con la ayuda del Estado) para crear instituciones para
erradicar la violencia. En pos de eliminar de nuestras mentalidades y de la
sociedad el machismo y la misoginia, así como las relaciones patriarcales,
deberían formarse especialistas en género en las ciencias sociales y políticas,
en los ámbitos jurídico y judicial y de la salud integral para atender a las
víctimas de la violencia, incluso a los violentos.
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