Villa Altagracia,RD.-Existe una tendencia natural de oposición a los cambios, un escepticismo frente al futuro, miedo a fallar por si algo sale mal. La mayoría de nosotros incluso alega que hay cosas que siempre han sido así, que siempre hemos hecho tal o cual cosa de esta o aquella manera y que no hay porque cambiar eso que nos ha dado resultado.
Casi siempre entendemos nuestra cotidianidad y nuestras creencias como algo inmutable, esas cosas que nos han inculcado desde niños y que no nos atrevemos a cuestionar porque “siempre ha sido así”.
Para no aceptar los cambios, los retos que la vida nos presenta hasta inventamos cosas para justificar nuestros temores hacia el cambio. La necesidad que tenemos de algo que nos falta es lo que nos lleva a la invención de las cosas, a procurar que los métodos mejoren, que la calidad de la vida mejore, que nuestra vida sea mas llevadera y menos molestosa.
Vivimos oponiéndonos a los cambios aunque estos impliquen progreso, entonces nos negamos al progreso porque algo que creíamos inmutable esta a punto de cambiar.
Muchos de nosotros nos estamos oponiendo a la construcción de la presa sobe el río haina sin conocer a fondo el proyecto, quizás porque la CAASD no lo ha explicado con bastante claridad, porque no hemos solicitado las informaciones o sencillamente porque nos oponemos a que nos alteren el lugar donde siempre hemos vivido aun cuando sabemos que esto puede ser la solución a una gran problema : el agua de la ciudad de Santo Domingo y del propio Villa Altagracia que siendo un productor de agua los barrios nuestros carecen por completo del preciado liquido.
Hoy no es ayer .Desde el proyecto Madrigal hasta hoy han transcurrido mas de tres décadas y el proyecto sobre el río Haina es mucho menor que el área de influencia que abarcaba Madrigal .El proyecto Haina es de unos 143 millones de metros cúbicos de agua mientras Madrigal era de 540 millones de metros cúbicos .El proyecto haina abarcara 9 Km. cuadrados mientras que Madrigal abarcaría mas de 30 Km. cuadrados.
Si los gobiernos anteriores hubieran oídos las voces que se oponían en su momento a la construcción de presas como Taveras, Valdesia, Jiguey-aguacate, etc. el problema del agua seria hoy insostenible. Hemos visto con el transcurrir de los años la verdad detrás del mito y del miedo al cambio.
Por lo que he visto y por las informaciones que se han presentado sobre el proyecto entiendo necesario sentarse a dialogar con las autoridades para un trato justo a los desplazados pero el proyecto en cuestión es una necesidad.
Escuche a un dirigente de esa zona decir que se desplazarían 24 mil familias y eso es sencillamente imposible ya que Villa Altagracia apenas tiene unos 100 mil habitantes y según el último censo nos sitúan con unos 89 mil habitantes y 24 mil familias sobrepasan la población total del municipio.
Dialoguemos, busquemos informaciones para llegar a un consenso pero oposición por oposición no es la solución.
¿Miedo al Cambio o al progreso?
Existe una tendencia natural de oposición a los cambios, un escepticismo frente al futuro, miedo a fallar por si algo sale mal. La mayoría de nosotros incluso alega que hay cosas que siempre han sido así, que siempre hemos hecho tal o cual cosa de esta o aquella manera y que no hay porque cambiar eso que nos ha dado resultado.
Casi siempre entendemos nuestra cotidianidad y nuestras creencias como algo inmutable, esas cosas que nos han inculcado desde niños y que no nos atrevemos a cuestionar porque “siempre ha sido así”.
Para no aceptar los cambios, los retos que la vida nos presenta hasta inventamos cosas para justificar nuestros temores hacia el cambio. La necesidad que tenemos de algo que nos falta es lo que nos lleva a la invención de las cosas, a procurar que los métodos mejoren, que la calidad de la vida mejore, que nuestra vida sea mas llevadera y menos molestosa.
Vivimos oponiéndonos a los cambios aunque estos impliquen progreso, entonces nos negamos al progreso porque algo que creíamos inmutable esta a punto de cambiar.
Muchos de nosotros nos estamos oponiendo a la construcción de la presa sobe el río haina sin conocer a fondo el proyecto, quizás porque la CAASD no lo ha explicado con bastante claridad, porque no hemos solicitado las informaciones o sencillamente porque nos oponemos a que nos alteren el lugar donde siempre hemos vivido aun cuando sabemos que esto puede ser la solución a una gran problema : el agua de la ciudad de Santo Domingo y del propio Villa Altagracia que siendo un productor de agua los barrios nuestros carecen por completo del preciado liquido.
Hoy no es ayer .Desde el proyecto Madrigal hasta hoy han transcurrido mas de tres décadas y el proyecto sobre el río Haina es mucho menor que el área de influencia que abarcaba Madrigal .El proyecto Haina es de unos 143 millones de metros cúbicos de agua mientras Madrigal era de 540 millones de metros cúbicos .El proyecto haina abarcara 9 Km. cuadrados mientras que Madrigal abarcaría mas de 30 Km. cuadrados.
Si los gobiernos anteriores hubieran oídos las voces que se oponían en su momento a la construcción de presas como Taveras, Valdesia, Jiguey-aguacate, etc. el problema del agua seria hoy insostenible. Hemos visto con el transcurrir de los años la verdad detrás del mito y del miedo al cambio.
Por lo que he visto y por las informaciones que se han presentado sobre el proyecto entiendo necesario sentarse a dialogar con las autoridades para un trato justo a los desplazados pero el proyecto en cuestión es una necesidad.
Escuche a un dirigente de esa zona decir que se desplazarían 24 mil familias y eso es sencillamente imposible ya que Villa Altagracia apenas tiene unos 100 mil habitantes y según el último censo nos sitúan con unos 89 mil habitantes y 24 mil familias sobrepasan la población total del municipio.
Dialoguemos, busquemos informaciones para llegar a un consenso pero oposición por oposición no es la solución.
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