PUBLICACIONES DE BLOG DE THOMAS CASTROVIEJO
Un niño de ocho años ha contraído matrimonio con una mujer de Un niño de ocho años ha contraído matrimonio con una mujer de 61, casada y madre de cinco hijos, porque así se lo había pedido uno de sus ancestros.
La desopilante escena se ha podido ver en Tshwane (Suráfrica): un diminuto y engalonado chico llamado Sanele Masilela intercambió anillos y un beso con una mujer, Helen Shabangu, vestida de novia, frente a 100 invitados.
la familia sostiene que ha alentado esta celebración (y ha desembolsado más de 1.700 euros por ello: más de 1.100 por la ceremonia y unos 700 por la novia) porque tiene un buen motivo. “Sanele se llama así por su abuelo, que nunca tuvo una boda propiamente dicha; por eso, antes de morir, la abuela pidió que se casara.
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Eligió a Helen porque la conocía y la quería. Al acceder, hemos contentado a nuestros ancestros”, explica Patience Masilela, la madre del novio. “Si no lo hubiéramos hecho, algo malo le hubiera pasado a nuestra familia. No me causa ningún problema porque sabía que era lo que querían los ancestros y eso me hace feliz”.
Como la cuestión era darle a Sanele una boda, y su abuela nunca pidió un matrimonio, la ceremonia fue puramente simbólica, sin vinculación legal alguna. La pareja no firmó ningún certificado y por tanto, ni el niño de ocho años ni la novia de 61 tienen por qué vivir juntos.
De hecho, ya han vuelto a sus vidas normales: ella a ser madre de sus hijos, que tienen entre 27 y 37 años de edad, y él ha vuelto a la escuela. “Me alegra haberme casado con Helen”, ha explicado Sanele. “Pero ahora voy a volver a clase a estudiar mucho. Cuando sea mayor, me casaré con una mujer de mi edad”.
En cuanto a la novia, que trabaja en una planta de reciclaje al igual que Patience, también se mostraba más que contenta de haber participado en la ceremonia que ha escandalizado a Tshwane.
“Estoy casada y tengo mis propios hijos pero sé que esto es lo que querían los ancestros y ahora están contentos. No es más que un ritual, solo estamos jugando a casarnos, pero es una señal de que algún día Sanele se casará”, ha explicado junto a Alfred, su marido desde hace 30 años.
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