Por Emilia Santos Frías
Los seres humanos, nos hemos negado tanto a respetar nuestros propios derechos, incluso las creencias e ideas de los demás, que debimos instituir un día para recordar que es necesario practicar la tolerancia social.
Porque las ideas, creencias y forma de conducirse de los demás, no sea igual a las mía, no significa que por eso no debo respetarlas, claro está, siempre que no vulneren derechos inherentes.
Hoy 16 de noviembre fecha en que conmemoramos el Día Internacional de la Tolerancia, es preciso recordar que somos personas con capacidad para ser tolerantes y eso sólo es posible, cuando podemos aceptar, respetar la diferencia en el aspecto: opinión, etnia, cultura, creencia, religión, social, en fin respetar prácticas contrarias a la mías.
“La tolerancia es el presupuesto de la cultura de la democracia”.
Nuestro mundo adolece de tolerancia. No nos enseñan ni en el hogar ni en las escuelas a practicarla; vivimos como los caballos cuando son aparejados y se le coloca el bozal, más las anteojeras; con una sola dirección. No permitimos que fuera de lo que creemos único, haya otras alternativas y eso limita al ser humano; le hace vivir en un mundo muy reducido, no sólo en amor, sino también, en conocimiento, pues el abanico es bien amplio.
¿Y por qué debo ser tolerante?, porque me eleva como persona, es decir, me hace más humana. Porque siendo tolerante garantizo los derechos de los demás y le permito ejercerlos sin obstáculos; disfrutarlos plenamente. Porque me permite seguir enriqueciendo mis conocimientos, reconociendo otras creencias. Porque con ella contribuyo a operativizar una verdadera justicia social.
Es un buen día para comenzar a practicar la tolerancia, anímate, haz tu aporte!
La autora es Educadora, Periodista, Abogada y Locutora.
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