Santo Domingo,RD.-Nada humano me es ajeno, pero como mortales al fin, vivimos entre emociones que nos dan dulzura; colores a la vida y otras que marchitan nuestro caminar en este viaje maravilloso.
Grandes enfermedades afectan nuestras poblaciones, a nuestra sociedad. La República Dominicana, país privilegiado por la naturaleza, su etnia y cultura, atraviesa por varias de ellas. Me refiero a la corrupción y a la impunidad por sólo citar dos. Su tratamiento curativo se denomina: justicia, pero ¿cómo se sana si esta es ciega, sorda y muda?
Para entender este fenómeno viejo por demás, consulte al doctor César Mella Mejías, reconocido psiquiatra; en su obra “Corrupción. Marco conceptual y Tipificación”, el experto afirma, que corrupción significa echar a perder; es un vicio, una descomposición. Como fenómeno político, social y económico mundial, la opinión pública lo percibe como enriquecimiento ilícito utilizando recursos y resortes del poder.
Seguí hurgando y encontré en la obra “La Paz en la República Dominicana”, de José Ramón López, que el autor expresa: Ningún pueblo regala a sus administradores el impuesto. Se lo confía para que lo invierta en los servicios determinados por el mismo pueblo y es una inmoralidad criminal, disponer de las rentas nacionales, pues ese no es su destino”.
Allende de los mares, la Asociación de Psiquiatras Latinoamericanos (APAL), considera la corrupción como una enfermedad del ordenamiento social que corroe a los regímenes democráticos, degenerando en escándalos, descréditos y litis.
Mientras que, la impunidad comúnmente es de tipo político, asociada a ricos y famosos; se refleja en la falta de justicia ante un delito; cuando no se castiga con la pena que corresponde al delito incurrido. Evasión de justicia, pareciera que su balanza se torna a favor de la fortuna.
Pero la corrupción y la impunidad no son enfermedades sociales del siglo XXI, son tan viejas como la figura del gobierno. Y siguen en aumento.
Participación Ciudadana, al presentar el informe acerca del Índice de Percepción de la Corrupción 2014, presentó nuestro país como uno de los países del continente americano con más corrupción ene le sector público, junto a Guatemala. El estudio afirma que tanto a la impunidad como la corrupción se afianzaron en el citado año. Múltiples han sido las protestas que la población a nivel nacional e internacional, ha manifestado en las calles, como repudio a este flagelo.
Y este jueves 9 de abril, es la nueva cita, para un Día Negro Contra la Impunidad y la Corrupción; a las 4:00 de la tarde, la sociedad civil exigirá frente a la Suprema Corte de Justicia, en Santo Domingo y en las principales provincias, así como en locaciones a nivel internacional, encabezadas por Nueva York, Miami, Madrid y otras latitudes, un cese a la debilidad judicial; sanciones justas para los funcionarios que se apropian de los recursos del Estado, incurriendo en acciones ilícitas, que en consecuencia fomentan mayores niveles de desigualdad social.
Esa desigualdad social que se visualiza en carencias en el sistema de salud; educación; seguridad social; pobreza extrema; bajos salarios para los profesores, médicos y militares.
Dominicana, dominicano hoy es la cita; es tu derecho. Viste una prenda negra y expresa tu rechazo. Súmate al llamado en contra de la Corrupción y la Impunidad. Exige una justicia independiente, al servicio del Estado Social y Democrático de Derecho; garante de nuestro bienestar inherente, tal como dicen los Artículos 7 y 8, de la Constitución de 2010. Haz valer tu voz!
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