La doctora Rossy Pereyra Ariza, coordinadora de la Red Dominicana, dijo que el Gobierno tiene una deuda muy grande con esa parte de la población que reclama acceso a la salud, ya que como es sabido es la más frágil en la medida que envejece.
Sostuvo que otra deuda que los envejecientes solicitan sea pagada, es el derecho a tener una pensión digna, establecida en el Sistema de la Seguridad Social y en la Ley 352-08, para que puedan vivir sin estar dependiendo de la caridad pública, ni del clientelismo político tantas veces criticado “y que lo único que ha logrado es endurecer e incrementar la pobreza dura”.
Asimismo, dijo que la persona envejeciente tiene derecho a una vivienda, ganada también con los años de trabajo dedicado al Estado dominicano.
La Red Dominicana por una Vejez Digna agrupa instituciones que trabajan con y para las personas mayores, consciente de que todos van a envejecer y que la esperanza de vida va a disminuir.
Exhorto a las personas mayores prepararse para afrontar el reto que como sociedad y desde el punto de vista social, económico y político representa el fenómeno del envejeciente.
Indicó que el Estado dominicano debe apoyar las iniciativas para lograr una Convención por los Derechos de Humanos de los Mayores, ante las Naciones Unidas como instrumento vinculante con mayores posibilidades de éxito como lo han sido la Convención de los Derechos de la Mujer y del Niño, ya que todos merecen una sociedad menos excluyente, más equitativa, y más justa para todas las edades.
Dentro de las actividades que se celebran este día, el obispo de Santo Domingo, Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez ofició una misa de acción de gracias por el Día Internacional de los Envejecientes, en la Catedral Primada de América, a la que asistió la Primera Dama Cándida Montilla de Medina; la directora nacional de Personas Envejecientes, Natalia María; la primerísima locutora María Cristina Camilo y el presidente de la Confederación Nacional de Transportistas Unificados (CNTU), Ramón Pérez Figuereo, entre otros.
Rossy Pereyra Ariza denunció el hecho de que muchas veces el envejeciente es maltratado y abusado, convirtiéndose esto en una realidad alarmante que arropa al sector.
Durante una ofrenda floral depositada en el Altar de la Patria, la señora Pereyra calificó la situación de los abuelos de “desesperante”, ya muchas veces reciben todo tipo de insultos de sus nietos y otras personas allegadas.
También añadió que la gran mayoría de abuelos y abuelas, cansados y sin recursos de ningún tipo, se han convertido en las cabezas de muchos hogares, ya que los progenitores de esos nietos se han visto obligados a migrar en busca de mejor suerte.
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