Sentí caer un balde de agua fría en todo mi cuerpo, al escuchar esta mañana, a la locutora del nuevo noticiario, decir que una confesa delincuente es apodada “la mariposa”.
Sentí injuria…sentí ultraje mediante la palabra, me sentí ofendida y hasta en peligro el honor de mi nación. ¡Caray, que falta de respeto muestra la delincuencia hacia nuestros valores!. Su carencia de inteligencia; escasez de siquis, le hace jugar hasta con nuestros sentimientos patrios. Nos ultraja hasta las emociones.
Ese seudónimo no es para lacras sociales, esas (o) que contaminan y enferman nuestro entorno; fue concebido sólo para gente comprometida, que ama su nación y da hasta su vida por ella, como hicieron “Las muchachas de Ojo de Agua”, esas si fueron y son Las Mariposas de República Dominicana.
Las Mirabal son merecedoras de él, no sólo porque sufrieron las vejaciones más crueles y hasta con su vida sellaron la firmeza de su creencia, ante una de las más brutales dictaduras vividas en el mundo, esa que arropó nuestro país por más de 30 años; sino, porque con su compromiso, entereza, intelecto y recursos de todos tipos, nos permitieron pasar a vivir en democracia. ¡Si, también a ellas la debemos!.
Quiero creer que fue un error de la locutora, ex reina de belleza, llamar mariposa a Crisania Mercedes Soriano, esa joven que dice ser una ex comerciante de estupefaciente, en Hato Mayor del Rey; la misma que la semana pasada destapó una nauseabunda caja de sorpresa, que delata a nuestras autoridades encargadas de velar por la eliminación del flagelo de las drogas, y que a decir de esta señora, en vez de cumplir con su rol…aumentan la problemática, mientras se enriquecen de forma grotesca.
La trama que ella relata parece de película, pero una bastante repugnante y tétrica. No es ni será merecedora de ese sobrenombre. ¡No lo merece!, sólo ha dado lastre a su terruño. Su aporte, junto al de otros malos dominicanos, es enfermedad y sufrimiento para sus coterráneos. Así lo indica en sus declaraciones ante los medios de comunicación, donde nunca defendió su atroz actuación.
Es un insulto nombrar a alguien de esta calaña, con el nombre del “pájaro del alma”, como bautizaron los poetas a la mariposa; ese insecto maravilloso, que muchas personas amamos; vital en la agricultura, por su importante y benigno trabajo en la polinización y cultivos. Ese hermoso animal que está integrado en 165 mil especies, divididas en 127 familias.
Me niego pensar y rotundamente me niego, llamar mariposa a remanentes humanos, que no son ni serán capaces, como lo es ella, de vivir llenos de luz y belleza.
La mariposa es ese animal, que pese a vivir una vida breve, hace tan buen aporte al planeta, que muchos tipos son merecedores de ser llamados monarcas.
¡Qué afrenta!.
República Dominicana, ¡despierta!, es hora de honrar tus valores. Lo contrario está de moda.
¿Hasta cuándo seguirás inactiva ante todo?. ¿Cuándo escucharemos tu clamor?. ¿Cuándo tu gente volverá a defender sus derechos?. ¿Cuándo sacaremos la podredumbre de tu suelo?. ¿Cuándo exhibiremos decoro en vez de desazón?
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